martes, 4 de junio de 2013

Benji había muerto. Encontraron sus cenizas dentro del avión destrozado, ya apagado por los bomberos.
Analizaron las cenizas y sí, eran las de Benji. Rápidamente se lo comunicaron a sus padres. Ambos se pusieron muy tristes; pero era la cruda realidad.
Pablo, que acababa de llegar de vacaciones, había estado en Londres visitando a unos primos que vivían allí y se dirigía a casa de Silvia.
Eran las once de la noche, al siguiente día no había colegio porque sería domingo. Así que Pablo decidió ir a visitarla. Iba andando tan tranquilo cuando vio una sombra por detrás y se paró. Se giró lentamente y vio el rostro de Benji.
-¿Eres tú Benji? -dijo el muchacho asustado.
- Sí, pero a la vez no.
-¿Cómo que sí pero a la vez no?
-Verás, soy el demonio reencarnado en Benji.
Mientras tanto en casa de Silvia cuando Luis terminó de contarles la historia, Silvia observó que su madre y Luis no se habían quitado el ojo uno a otro, así que decidió dar un paseo por la calle y dejarlos solos un rato.
Cuando salió fuera de su casa, vio a Pablo corriendo despavorido hacía ella.
-¿Pablo, eres tú? ¡Qué bien que estés ya aquí!
-Sí, soy yo, pero corre que viene el demonio reencarnado en Benji.
-¿Qué? -preguntó Silvia.
-Lo que oyes. Por cierto, ¿es eso verdad de que Vanessa ha muerto?.
-Sí -respondió ella.
-No puede ser- dijo llorando Pablo.
De repente algo les sorprendió por el cielo: era el demonio con el cuerpo de Benji.
-¡Benji!- gritó Silvia- ¿qué te ha pasado?.
El demonio rió a carcajadas.
-Vas a morir, Silvia. Por tu culpa Benji está muerto y ahora lo vas a pagar. Su alma es oscura. Pero ¿sabes lo mejor?
-¿Qué?- respondió Silvia.
-Que me he podido rencarnar en él gracias a que mató a dos niños en su antiguo instituto. Fue sin querer pero lo hizo. Gracias a eso yo me he podido meter en su cuerpo. Por cierto, ¿sabes por qué quería irse de aquí? Porque creía que Vanessa había muerto por su culpa.
Y entonces se abalanzó sobre ellos. De repente, apareció Goku. Se convirtió en un super saiyan de nivel 4 y acabó con ese demonio con una onda vital de nivel diez. De todas formas Pablo se había tirado para proteger a Silvia ya que el demonio se había abalanzado sobre ella.
Fue el momento en que ella lo vio claro: su amor era Pablo. Él había estado siempre cuidándola y el año pasado le confesó su amor. Así que Silvia le dio un beso en los labios y ambos se abrazaron.
Silvia estaba feliz porque había conseguido al chico que le gustaba de verdad, y Pedro y Benji (o mejor dicho el demonio) habían desaparecido de su vida.

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