jueves, 30 de mayo de 2013

Pedro tenía a todos aterrorizados y no paraba de buscar a Benji,  cada vez estaba más furioso y a la mínima golpeaba a la gente.
Mientras tanto, Benji permanecía escondido en la cocina y aquel extraño hombre le estaba contando por qué estaba haciendo todo eso Pedro.
Al parecer, cuando Esther y Pedro trabajaban en La bola de cristal se hizo una gran fiesta a la que todos los trabajadores del programa estaban invitados y a la que también asistirían importantes famosos como Alaska. Por aquel entonces, Pedro estaba metido en el mundo de las drogas como muchos de los trabajadores del programa y famosos. Él era el que les vendía droga. Esther sabía lo que él hacia y lo intentó convencer de que lo dejara, pero él ya estaba muy enganchado y cada vez se alejaba más y más de ella. Durante la fiesta hubo una redada por un chivatazo que dio alguno de los asistentes. Pedro pensó que el chivatazo lo dio Esther y en el momento en el que lo atraparon juró vengarse de ella.
-Y tú, ¿cómo sabes todo eso? ¿Quién eres?-preguntó Benji, atónito de lo que aquel extraño hombre le había contado.
-Yo...-dijo el hombre sin saber qué decir.
Tras una larga pausa en la que el hombre no quería hablar y Benji se enfadaba cada vez más.
-¡DÍMELO!-gritó Benji.
Justo en ese momento Pedro se percató de la presencia de Benji. Entró dentro de la cocina y le asestó un fuerte golpe en la cabeza a Luis que lo dejó tirado en el suelo e inconsciente.
Luis fue el que dio el chivatazo. Él también estaba enamorado de Esther. Había estado vigilando los pasos de Pedro y sabía que quería secuestrar a Benji. Se sentía culpable de todo lo que le había pasado a Esther y quería evitarle un problema más.
Pedro cogió a Benji y lo utilizó como rehén con la policía. Allí estaban Esther y Silvia.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Ayer vi un perro abandonado por la calle. El perro buscaba a su amo. El perro no lo encontraba. Me dio mucha pena el pobre perro. Mucha gente pasaba al lado del perro y lo miraba con pena. Al final apareció un chico. El chico era el dueño del perro. El chico había buscado a su perro durante horas.
Ayer vi un perro abandonado por la calle. El animal [d1] buscaba a su amo.
Buscaba[d2]  a su amo.
Ayer vi un perro abandonado por la calle que[d3]  buscaba a su amo pero[d4]  no lo encontraba. Me dio mucha pena el pobre.[d5]  Me dio mucha pena. [d6] Me dio mucha pena el pobre animal.[d7]  Mucha gente pasaba a su[d8]  lado y lo miraba con pena. Al final apareció un chico. Él[d9]  era su dueño. Era[d10]  el dueño del perro. Al final apareció un chico que[d11]  era su dueño. Lo [d12] había estado [d13] buscando durante horas.


 [d1]Hiperónimo.
 [d2]Elipsis
 [d3]Pronombre relativo.
 [d4]Conector adversativo.
 [d5]Elipsis
 [d6]Elipsis.
 [d7]Hiperónimo.
 [d8]Sustitución por un determinante posesivo.
 [d9]Sustitución por un pronombre.
 [d10]Elipsis.
 [d11]Sustitución por un pronombre relativo.
 [d12]Sustitución por pronombre.
 [d13]Elipsis del sujeto.

lunes, 27 de mayo de 2013

Benji pasó al avión, tras haber pasado las maletas por el control del aeropuerto...Dentro del avión, Benji estaba un poco asustado por todo lo que pasó.
Pedro estaba en el avión para seguir a Benji y crearle un poco de miedo. Cuando el avión ya llevaba varias horas de vuelo, Pedro se levantó y grito:
-¡Qué nadie se mueva, esto es un atraco!
La gente estaba muy asustada. Benji, al verle, intentó escapar y llegó hasta el cuarto de baño para decírselo a Silvia y le dijo:
-Hola Silvia...-dijo susurrando.
-Hola Benji, ¿por qué hablas tan bajito?-dijo Silvia.
-Es tu padre, me ha seguido y ahora nos tiene de rehenes en el avión. Intenta llamar a la policía, por favor-dijo asustado.
-¿Qué? Enseguida aviso a la poli, tú mientras tanto intenta que no te pille y seguir en contacto conmigo. -Dijo Silvia aterrorizada.
Silvia se lo dijo a su madre y Esther llamó deprisa a la comisaria y lo comunicó.
La policía, rápidamente fue al aeropuerto. El comisario contactó con Pedro por el micro y le dijo:
-Pedro, ¡ríndete! y baja del avión.-Dijo el comisario.
-¡Jamás!-Dijo gritando.
A partir de ahí perdieron contacto con el avión, nadie sabía el porqué. Silvia estaba tan aterrada que lo único que hacía era llorar y llorar.
Pedro seguía amenazando a la gente y buscando a Benji. Él salió del baño para intentar llegar donde los pilotos pero al salir del baño se encontró a un hombre encapuchado que le dijo:
-Sígueme, sin chillar y sin asustarte sólo quiero ayudarte.
Benji sin decir nada le siguió y llegaron a la cocina donde ahí se refugiaron.
Pedro se puso histérico y empezó a sacar su furia contra los pasajeros.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Cuando Esther volvió a abrir la puerta, Pedro ya no estaba. Había desaparecido como por arte de magia. Ella no sabía por qué pero si Pedro no la dejaba en paz, era por alguna razón. Entonces, Silvia apareció por la puerta.
-Hola, mamá, ¿qué pasa?-dijo Silvia preocupada.
-Creo que Pedro, tu padre, ha venido a llevarte con él y por ello está aquí-dijo Esther apenada.
-¿Por qué iba a querer llevarme con él?-dijo Silvia asustada.
-Porque eres su hija y sabe que si te lleva con él, será lo que más daño me haga. Él nunca aceptó que lo nuestro acabara y por ello quiere vengarse.
Esther pensaba irse pronto de aquella ciudad, no quería que nadie saliera herido. Minutos más tarde, llamaron a la puerta. Era Pedro otra vez. ¿Querría algo de Esther o simplemente decirle a ella y a su hija que no iba a volver a hacerles daño?
-Hola, Esther siento lo que os he hecho a ti y a tu hija, prometo no volver a molestarlas- dijo Pedro.
Antes de que Esther pudiera decir unas palabras, Pedro se dio a la fuga y no volvió a parecer más por allí. Ella no entendía el significado de aquellas palabras o por qué fue a decirles aquello.
En otro lugar andaba Benji por la calle paseando cuando, de repente, se encontró con Silvia. Un simple "hola" habría alegrado la conversación, pero no.
-Hola, Silvia deberías saber que mañana por la mañana vuelvo a mi país y ya no me volverás a ver por aquí-dijo Benji entristecido.
-¿Por qué te vas?, no lo entiendo.
-Aquí no tengo amigos y solo había venido algunos días para conocer otros sitios. Mira por dónde te conocí a ti y a tu madre, que por cierto es muy maja.
-Pero, me tienes a mí como amiga, eso es lo que importa,  ¿no?
-Sí, supongo. Pero nos volveremos a ver cuando vuelva aquí de vacaciones de verano.
-Bueno, pues solo deseo que te vaya bien hasta entonces y te cuides mucho.
Silvia le dio un beso en la mejilla a Benji. Él se puso en camino para irse a su país, con su familia.

martes, 21 de mayo de 2013

Lo policías les comunicaron la noticia de los extraterrestres a Silvia y a su madre. Ambas quedaron muy sorprendidas. "¡Eso es imposible!" Pensaron.
Una vez que los policías se habían marchado, Esther decidió que era el momento de contarle toda la verdad a Silvia. Esther la llamo:
-Silvia, hija. Ven al salón un momento, por favor.
Silvia se dirigió al salón.
-¿Qué quieres mamá?- preguntó Silvia. Aunque ella ya sabía sobre qué iban a hablar.
-Es hora de que sepas la verdad sobre tu padre, sobre tu pasado... Todo esto surgió en la famosa "movida de los 80" sobre la que habréis hablado en el instituto... Yo apenas tenía 20 años cuando entré a trabajar como presentadora de un famoso programa para niños, llamado La bola de cristal. Pedro trabajaba allí como cámara y guionista. Él como casi todos los que allí trabajaban se fijó en mí. A los pocos días yo también me fijé en él. Todo surgió demasiado deprisa...- continuaba contando Esther.
Mientras tanto en la comisaría Pedro y sus secuaces estaban siendo sometidos a un severo interrogatorio. Todos menos Pedro habían confesado, él no decía ni una palabra. Parecía estar mudo, ni una palabra, ni un sonido, nada. Un oficial de policía decidió entrar él solo a la sala de interrogatorios donde Pedro se encontraba, con el fin de que no se sintiera tan vigilado y comenzase a hablar. 
Pasaron horas, y Pedro seguía sin hablar. Llegó el cambio de turno, y Pedro lo aprovechó para pedir ir al baño. Un oficial lo acompañó hasta la puerta, luego salió fuera a esperar a que su compañero llegara para relevarle. Pedro aprovechó un descuido y ¡ZAS! Se abalanzó sobre el policía y lo introdujo en el servicio a la fuerza. Allí consiguió reducirlo dándole un golpe en la nuca. Rápidamente le quitó el traje y se lo puso él dejándole amordazado y atado con sus propias esposas. Salió lo más rápido que pudo, sin levantar sospecha alguna. Antes de salir, dio a la alarma de incendios para formar un poco de caos y no dar ocasión por el momento de que algún otro oficial fuera al baño.
Pedro se dirigió a casa de Esther. Al llegar, observó por la ventana cómo madre e hija conversaban en el salón. Sin pensárselo dos veces cortó la línea telefónica y acto seguido llamó al timbre. Pedro miró al suelo. Como ya conocía bastante a Esther, sabía que ella siempre miraba antes de abrir la puerta. Esther despreocupada miró por la mirilla y al ver que era un policía abrió la puerta. Pedro fue rápido y antes de que Esther pudiera decir nada la roció con un spray de pimienta y cerró la puerta.

lunes, 20 de mayo de 2013

Aquellos alienígenas era los que siempre habían cuidado de ella. Querían ver hasta dónde llegaba la crueldad de las personas y aquel amor incondicional de una madre. Silvia siempre había creído que eran producto de su imaginación y que eran como sus ángeles de la guarda. En este caso no intentaron intervenir puesto que ellos, como muchos otros más, observaban al ser humano: su forma de actuar, de pensar, su gran curiosidad del saber y, sobre todo, su forma de amar y de odiar a los demás. Es lo que más le sorprendia a estos seres. Y aunque habían tenido oportinidad de eliminar el planeta, siempre encontraban a alguien con tan hermoso corazón que se arrepentían de hacerlo. Y en este caso, aquel corazón era el de Silvia .

domingo, 19 de mayo de 2013

      Los secuestradores echaron a correr dispersados por todas partes. Se escuchaba el estruendo de puertas de coches cerrándose y el jefe de la patrulla dando órdenes. Mientras tanto Benji y Saúl desataron a Esther y Silvia y sin dirijirse apenas unas palabras salieron todos a toda prisa de la nave.
      Los polícias les vieron saliendo desde la puerta lateral de la nave y fueron en su ayuda. Les dieron mantas e intentaron curar sus pocas heridas. Después volvieron a sus puestos.
Los secuestradores, incluido Pedro, ya se habían alejado de la nave.
      Al darse cuenta, los policías encendieron sus sirenas y fueron en su búsqueda. Otro coche patrulla llevó a Silvia y a los demás a un lugar seguro.
-Esto ya es cosa nuestra.-dijo el policía- no hace falta que intervengan más en este caso.Cuando atrapemos a los secuestradores, les llamaremos y los llevaremos a los juzgados.
Esther estaba tan asustada que solo pudo decir "gracias".
      Los fujitivos iban camino al aeropuerto en su furgoneta. Los polícias les pisaban los talones. Habían colocado un chip rastreador en su vehículo y sabían perfectamente a dónde se dirigían los secuestradores.
      Su furgón iba a 180 por la carretera conduciendo por el otro carril en direccion contraria, esquivando con gran dificultad los coches y llevándose algún perro por delante.
      Los polícias no podían alcanzarles por su temeraria conducción así que llamaron a todas las unidades.
      Pedro y los demás secuestradores estaban pensando en saltar de la furgoneta al río Tajo ya que eran nadadores profesionales con medallas de oro pero a 180 kilómetros les era complicado.
      De repente, un meteorito cayó del cielo dejándoles a todos cegados. ¡Eran extraterrestres! La nave se acercó a la furgoneta y lanzó un rayo verde contra ellos. La furgoneta parecía estar vacía ya qe empezó a ir hacia cualquier dirección perdiendo el control. Se estrelló en un árbol, y los polis, sorprendidos al ver coche vacío, volvieron a la comisaria.
      Al llegar no cabían en su asombro: ¡Los secuestradores estaban atrapados y atados en el suelo!

jueves, 16 de mayo de 2013

Saúl ya había llegado a su casa. Se había llevado un sofocón en la comisaría . ¡Casi lo descubren! Iván se había quedado allí pero a él le habían dejado irse.
Mientras, en la nave Esther se encontraba al lado de su hija en una habitación aislada. Silvia estaba atada y con los ojos vendados. En cambio su madre sólo tenía las manos atadas. Se levantó y empezó a hablar a su hija.
-Cariño, soy yo -dijo Esther.
-Mamá, ¡ayúdame! -gritó Silvia desesperada.
-Tranquila, amor, no nos van a hacer nada. Tengo algo que contarte -siguió su madre.
-Bueno, pero sácame de aquí y cuéntamelo en casa.
.Hija...El hombre que te ha secuestrado es tu padre. Debí habértelo dicho, lo sé, pero no sabía cómo.
Silvia se quedó perpleja, no sabía qué decir, simplemente se echó a llorar...
En ese momento entró Benji a la nave. Estaba furioso y, cuando pasó y vio a los cuatro secuestradores y a Pedro hablando, empezó a chillarles, a preguntarles que dónde estaba Silvia, que qué le habían hecho, que la soltasen. Entonces llegó Iván. Vio el panorama y sin seguir ninguna de las instrucciones que seguramente tenían, cogió a Benji por detrás y lo tiró al suelo. Le empezó a pegar y cuando estaba apunto de dejarle en coma apareció Saúl.  No dudó ni un segundo en abalanzarse sobre él y quitarle de encima de Benji. Los cuatro secuestradores estaban parados sin saber muy bien qué hacer. Entonces sonaron sirenas de policía y excepto Pedro e Iván los demás salieron corriendo. Se quedaron en la habitación Benji , Saúl , Iván y Pedro, además de Silvia y Esther que estaban en la habitación aislada de al lado.
Saúl le dijo a Benji que saliera corriendo por una puerta secreta que sólo él conocía y aprovechando que entonces sonó una patrulla de policía y todos se quisieron esconder, salió corriendo todo lo rápido que pudo (contando que su pierna estaba mal) y consiguió escapar. A través de todos esos pasadizos, llegó a la habitación donde estaban Silvia y Esther.



lunes, 13 de mayo de 2013

Los hombres de Pedro salieron en busca de Esther. Rápidamente la alcanzaron. La ataron en una silla con los ojos vendados y la amordazaron. Cuando le retiraron la venda de los ojos, se dio cuenta de que a su lado estaba su hija y Pedro se encontraba allí también.
Mientras tanto, Benji se arrancó un trozo de camisa para intentar taponar la brecha de la cabeza de Vanessa. Benji quedó asombrado cuando Vanessa clavó dos piedras en el hoyo del barranco y empezó a escalar. Benji siguió sus pasos y en poco tiempo se encontraban fuera del barranco.
-Vanessa, ¿eres tú, verdad?-dijo Benji.
-Sí....dejamé por favor -respondió Vanessa.
Esta salió corriendo hacia la carretera. Benji no dudó en seguirla.
De repente, algo extraño ocurrió en décimas de segundo. Un ruido de un frenazo de camión orientó a Benji hacía el lugar. Cuando llegó a la carretera, se encontró con la ingrata sorpresa del cuerpo moribundo de Vanessa. Mientras se acercaba, observó sus heridas. Tenía una pierna rota, la cara destrozada y se le veía el músculo en el brazo derecho y la brecha de la cabeza se había hecho más grande.
Sus últimas palabras antes de morir fueron para Benji.
-Benji, no dejes que se lleven a Silvia, se la llevarán en un barco negro de rayas blancas...
mañana por la mañana. Es mi último deseo antes de morir.
El camionero se dio a la fuga.
Benji gritó desesperado y lloró hasta no poder más pero de repente recordó a Silvia y salió corriendo hacia la nave.
El jefe de policía ordenó a sus hombres que entraran a la nave a buscar a Silvia, sin saber que Esther se encontraba allí.
David, Marcos y Manuel entraron en la nave seguidos de el jefe de policía que se llamaba Antonio. Los policías iban cubriendo todos los ángulos para no ser sorprendidos en un tiroteo. De repente, David entró en una de las habitaciones que había allí. La puerta se cerró y la habitación comenzó a arder.
Todos intentaron abrir la puerta pero era inútil: estaba bloqueada. Después de dos eternos minutos, la puerta se abrió pero solo estaban las cenizas de David.




martes, 7 de mayo de 2013

Benji seguía intentando salvarse, pero cada vez tenía menos fuerzas y menos esperanzas de ser rescatado. Le dolía mucho la pierna y eso hacía más difícil salir del barranco en el que estaba.
Mientras tanto, Esther,el inspector y la patrulla seguían espiando los movientos de la vieja nave.
Idearon un plan para acorralarlos, pero el inspector no quería que Esther participara. Aunque a ella le daba igual su opinión lo único que quería era salvar a su hija.
Mientras el inspector explicaba la estrategia a los demás policías, Esther se escabulló para buscar a su hija en la nave. Estaba muy nerviosa, se adentraba cada vez más y más hasta que escuchó la voz de Pedro. No sabía qué pensar, no podía odiarlo porque fue el amor de su vida y el padre de Silvia, pero lo que había hecho no le gustaba nada.
Vanessa regresó de la ciudad, estaba muy triste. De camino a su casa pasó por el bosque y pensó en las cosas que había hecho. Había traicionado a su amiga aunque era para salvarse, pero lo que había hecho no tenía nombre: no sólo la había traicionado sino que también le había mutilado un brazo a una joven inerte. Se sentó debajo de un árbol y empezó a llorar desconsoladamente y pasaron algunas horas hasta que se tranquilizó. La noche ya había caído, se levantó.  De camino a su casa escuchó los gritos de un chico. Se asomó por el barranco y vio una figura pero no reconoció su cara porque era de noche y todo estaba oscuro. Fue en busca de algo para ayudarlo. Cerca de allí encontró una vieja cuerda, se la ató a la cintura y el otro extremo lo ató a un árbol. Bajó el barranco como pudo y cuando estaba a punto de llegar junto a Benji la cuerda se rompió y cayó sobre una roca. Se dio cuenta de que sangraba por la cabeza y estaba mareándose. Benji se acercó a ella como pudo, no sabía qué hacer. Estaba muy fría y apenas respiraba. Estaba desesperado.
En ese mismo instante, en la nave, Esther hizo un mal movimiento y Pedro se dio cuenta de su presencia y mandó a sus amigos a atraparla.